Monday, 22 November 2010

paul muldoon : sushi

1.

"¡cuánto tiempo perdemos discutiendo!"
estábamos sentados a la barra
de sushi, con cerveza kirin,
viendo como el maestro chef
meticulosamente rebanaba
salmón, atún, jurel;
y el aprendiz, en tanto,
apenas levemente menos leve,
arrojaba el arroz e iba imantando
cada grano
en una dirección –oriente.
luego vinieron tiras
translúcidas de pulpo
y calamar y anguila,
y jengibre en salmuera
y wasabi verde pálido.
"es como si de algún modo quisieras
la muerte, para ya no hablar..."
en la banqueta
una mujer en leotardo
seguida por un leopardo
de verdad.
por un instante vi, más allá de la hueva
de erizo de mar,
zonas erógenas
de sábalo y besugo;
vi, cuando el vapor
se disipó, cómo el aprendiz
había esculpido
lo exquisitos pétalos de rosa
no en un metal precioso
o en madera o en piedra:
("muy bien podría estar comiendo sola.")
en el extremo de una zanahoria:
cómo, cuando le presentó al maestro
esa obra de arte
–¿no es la cima de la arrogancia
decir que dios no es más arcano
que el sabor del orégano,
el orgón,
los órganos internos
de las bestias y las aves, las minas de arigna,
los poemas de louis aragon?–,
podría haber sido alabastro
o jade
lo que el maestro sopesó tan gravemente
con una y otra mano,
como aquel que jamás confundiría
a duns escoto, digamos, con escoto erígena.

(traducción aurelio asiain.

apareció en 'el tenedor absorto', paréntesis.)

2.

sushi, original.