Qué bueno ser señorita,
cuando sale aquella estrella
y ya cae la noche plena,
pues acá en esta camita:
me chupan la golosina,
me acarician el salmón,
me almidonan la camisa,
y me pican el bombón;
me friccionan la península,
me rellenan el salón,
me repulen la joyita
y me pelan el melón;
me aperturan el chiquillo,
me recubren el terrón,
me resoplan el fundillo
y me dan la picazón;
me atiborran la cereza,
me varean la colación,
me alimentan con certeza
y me yelan el tizón;
me estiran el langostino,
me recortan el vellón,
curan mis labios partidos
y me toca recargón;
me frotan el cascanueces,
me apapachan el calzón
o me miden el aceite
y me hieren el chupón;
me cabalgan la panela,
me aproximan camarón,
vuela ya la pantaleta
y comiendo qu’es ostión...
Y si pregunta la gente:
“¿Pero qué haces tú de día?”,
yo contesto simplemente:
“De día cojo, ¿qué creías?”
original: acá